| :: Años viejos para cuidar la ecologia y el ecosistema
Desde hace doce años, en la Espol, los alumnos de Ciencias Económicas y Humanísticas participan en un concurso con el que pretenden cambiar radicalmente la costumbre de quemar el año viejo.
A sus profesores y a estos estudiantes les preocupa la contaminación ambiental que se produce durante la quemazón del 31 de diciembre.
Raúl Paz, organizador del concurso, explicó que el concurso busca combatir la combustión de la pólvora por la quema y el ruido que producen los cientos de miles de cohetes o camaretas en la ciudad.
Los panes, las frutas, las verduras, las galletas y los globos formaron parte de los elementos que cerca de 150 estudiantes utilizaron para la elaboración de sus monigotes.
Con creatividad y entusiasmo, los jóvenes se esmeraron por elaborar personajes sin utilizar elementos contaminantes y evitando el ruido y gases tóxicos que ponen en riesgo la vida de las personas.
Participantes
Las opciones fueron numerosas, porque 35 participantes compitieron por obtener los tres primeros lugares y adjudicarse premios económicos.
Paco-mer, elaborado con pan de dulce, fideos y lentejas, fue el ganador del primer lugar del concurso.
Mónica Sánchez, alumna del séptimo año, indicó que lo que buscaban con esta idea es que los padres elaboren el monigote con sus hijos y a la 00:01, en lugar de quemarlo, se coman el año viejo de pan.
Mientras que las otras opciones que llamaron la atención de los visitantes y jurado fue uno elaborado con frutas y legumbres y que representaba el refugio de los animales en peligro de extinción por la contaminación ambiental.
“La Espol desea a través de este concurso rendir culto a la vida y no a la muerte”, dijo Paz, organizador del acto.
